Un inodo­ro sepa­ra­dor con taza des­mon­ta­ble y reci­pien­te interno que per­mi­te imple­men­tar un baño seco con des­vío de ori­na en situa­cio­nes don­de no es con­ve­nien­te cons­truir una cáma­ra bajo el piso.

El Baccharis D es una ver­sión adap­ta­da del mode­lo están­dar para cáma­ra. Su apa­rien­cia exter­na es la mis­ma, pero la par­te supe­rior se abre y reti­ra des­cu­brien­do un reci­pien­te para sóli­dos fabri­ca­do en poli­eti­leno 40% reci­cla­do. El embu­do colec­tor de la taza des­ago­ta sobre un embu­do secun­da­rio que, fijo en la pared delan­te­ra del inodo­ro, per­mi­te la cone­xión a una tube­ría de 3/​4″. De esta mane­ra es posi­ble reti­rar la taza del inodo­ro para su lim­pie­za y rea­li­zar el vacia­do y recam­bio del reci­pien­te sin nece­si­dad de des­co­nec­tar el con­duc­to de orina.

El reci­pien­te de sóli­dos se pre­pa­ra de ante­mano con cier­ta can­ti­dad de mate­rial secan­te y tie­ne una capa­ci­dad esti­ma­da de quin­ce usos, tras lo cual debe vaciar­se y lavar­se, dis­po­nien­do el con­te­ni­do en un lugar ade­cua­do. En el pun­to de la pared del inodo­ro que con­ven­ga a la ins­ta­la­ción, se prac­ti­ca un ori­fi­cio para el paso del con­duc­to de ori­na hacia el exte­rior. El inodo­ro no cuen­ta con un depó­si­to de líqui­dos interno. Está pen­sa­do para el des­vío hacia un tan­que, fosa de infil­tra­ción u otro sis­te­ma de tratamiento.

La base del inodo­ro, a dife­ren­cia del mode­lo están­dar, es pla­na, pero tam­bién abier­ta, por lo que se pue­de pres­cin­dir del reci­pien­te y hacer una ins­ta­la­ción con cáma­ra. Esto resul­ta prác­ti­co para con­tar con un baño de obra­dor mien­tras la edi­fi­ca­ción se cons­tru­ye y lue­go uti­li­zar el mis­mo inodo­ro en el baño terminado.

Aunque de menor cali­dad que un sis­te­ma con cáma­ra, el uso de un con­te­ne­dor interno es una solu­ción pro­vi­so­ria que per­mi­te con­tar con un baño en situa­cio­nes don­de una cáma­ra es imprac­ti­ca­ble o poco conveniente.